miércoles, 30 de marzo de 2011

Maní pa´cogerlo vivo...

Los bloqueros independientes que se reunieron con Carter, encabezados por Yoani Sánchez, le entregaron al ex-presidente un sorprendente regalo: un muestrario de confituras hechas con maní, elaboradas por trabajadores por cuenta propia.

Debo admitir que me dejó sin palabras la idea, ingeniosa, simbólica, sorprendente. Y de resultas, pues ya tenemos entonces un nuevo símbolo de la disidencia: un cucurucho de maní tostado.

Miercoles preguntero

Si Carter está en Cuba y:

No es para pedir la lbertad de Alan Gross
No es para dar las gracias por la liberación de los 75
No es para comprar tabacos, entonces:

¿Qué coño hace Carter en Cuba?

Y ya que no sé el para qué, sigo preguntando: ¿Y quién lo mandó?

jueves, 24 de marzo de 2011

De histerias y tembleques

Leyendo sobre la última producción de los servicios de (des)información cubanos, unos programas donde se trata de hacer ver que los ciberdisidentes cubanos son ciberdemonios pagados por el Imperio, recordé una anecdota y evoqué una imagen.

La anécdota:

Años ha, un amigo que trabajaba en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología en La Habana fue asignado a un equipo de trabajo muy especial: el que tenía como misión investigar el supuesto virus que supuestamente provocaba las neuropatías periférica y optica que padeció buena parte de la población cubana en los años 90.

Según mi amigo aquella misión era harto dificil: debían demostrar que en la secuencia genética del virus, en lugar de A, C, G y T, estaban las letras U, S, A...

La imágen:

Como se contorsiona el rabo cortado de una lagartija.

Eso es precisamente lo que está pasando con el gobierno cubano: se contorsiona, se retuerce, tiembla, y todo porque una decena de ciudadanos decidió escribir lo que piensa, usando para ello los medios electrónicos.

Y si eso no son estertores de miedo, me cambio el nombre.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Y entonces, ¿qué hacer?

No hacer nada y dejar que Gadafi masacre a los que se le oponen.

O...

Atacar y destruir la fuerza aérea, antiaérea y los blindados de Gadafi, buscando emparejar fuerzas. Y de paso matando civiles en los bombardeos.

Y no hay ni siquiera un interlocutor visible entre los rebeldes, un relevo evidente.

Extrapolando:

No hacer nada y dejar que el gobierno cubano movilize las tropas especiales, los tanques, a militares y paramilitares para masacrar a los que participan en la insurrección popular.

O...

Destruir objetivos militares en Cuba para evitar la masacre y en el proceso, parte de la ciudad que ya está moribunda de por sí, es demolida y miles mueren. Mis hermanos, mis hijas, mis padres, mis amigos.



Y al final, que no haya siquiera una alternativa que valga la pena, a no ser que Yoani Sánchez se saque de la manga un ciber-gabinete.

Cuanta mierda en estos días...

viernes, 18 de marzo de 2011

Tocando fondo

Tocando fondo
nací un buen día,
tocando fondo
ando todavía.

Silvio Rodríguez

Gadafi está haciendo gala de su astucia de hijo de puta redomado: mientras se sabía impune, masacró a su gente, bombardeó su país, prefirió la guerra civil a la alternativa de una dimisión oportuna. Pero en cuanto se supo vulnerable, en cuanto avizoró la posibilidad de su ejercito hecho trizas por el poder del Occidente apoyado por la ONU, declaró un alto al fuego y un “aqui no ha pasado nada” a aquellos a los que tan sólo ayer prometía castigo sin piedad.

Pero Silvio Rodríquez, ¡Ay, Silvio!, dice que la resolución de la ONU es intervencionista, que hay que respetar las tradiciones culturales de los pueblos y de sus lugares. Es decir, que hay que dejar que Gadafi, o el de Yemen o los Castro, en su momento, masacren a mansalva a los que se le oponen. Tradiciones y costumbres...

Si bien Gadafi se está yendo a bolina, como muchos esperamos, Silvio definitivamente está tocando fondo muy, pero muy abajo.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Jodidos días.

Me parte el alma ver por lo que están pasando los japoneses. 10,000 muertos, destrucción por doquier, sin agua, sin electricidad, al borde de una catastrofe nuclear y todavía hay que  leer a los que tratan de minimizar el desastre de los reactores nucleares, Dios los cria y el Wall Street Journal los junta. Poderoso caballero es Don Dinero.

Y mientras, Libia, ¿donde quedó?

Francia ya casi mandaba sus aviones, igual que el Reino Unido, ya casi los veía yo volando desde Gibraltar, y los USA con sus barcos de guerra en el Mediterraneo y la ONU aprobando una “no flying zone” y la Liga Arabe que sí, que le metan mano... y de pronto todo se volvió agua y sal, o mas bien arena, sin agua.

La sana paranoia me dice que le cogieron miedo a lo post Gadafi, que el dictador fue efectivo manteniendo a raya a Al Qaeda y que eso es lo que realmente importa, que los mujaidines ya estaban enfilando hacia Libia, vecina de los convulsos Tunez y Egipto y que nadie quiere un santuario de terroristas islámicos en el Magreb, a tiro de piedra de las Europas. Así pues, que se jodan los rebeldes libios.

Pragmatismo occidental, le dicen algunos. Hijaeputá le digo yo.

¿Y la democracia? Pues queda como un juguetico para países “civilizados” y en santa paz.

Los demas, que se jodan.  

jueves, 10 de marzo de 2011

Que bien se camina, que bien se camina, con el Roku y el Kindle, que bien se camina...

Estos gadgets no cesan de asombrarme, a mí que antes me conformaba con un descomunal sistema de sonido Onkyo 7.1 y toda la música del mundo. Pero los tiempos cambian, ahora estoy en la miniatura.

Primero llegó el Roku, esa cajita que trae a mi TV  los servicios de Netflix, Hulu, Pandora, Malanga y otras viandas. Hay tanto que ver que no veo nada. Pero mi hijo está de plácemes porque sus series favoritas, Word World y Super Readers, están alli, listas para ser vistas una y otra vez ad nauseam, vaya, que uno ya va queriendo  ponerse tapones para los oídos para no oir más esas vocecitas agudas y penetrantes de estos muñequitos del XXI century.

Pero el sabado, a la hora de "al fin solos", a mi esposa y a un servidor nos espera Dexter y nos echamos unos 4 capítulos, con dos cubos de rositas de maiz. No se puede pedir más. O sí, pero sería glotonería.

Y para el resto del tiempo recibí un supremo regalo navideño: un Kindle, aparatejo sin igual para leer non stop, donde quiera que estés. Yo sé, claro, que está ese asunto del placer de sostener un libro, que ese olor dulzón de la celulosa con tinta, el frás-frás de las páginas volteadas (¿o será frús-frús?), todo eso es verdad. Pero el Kindle, ay, el Kindle es lo más sublime para el alma divertir, no tiene desperdicio, sobre todo para alguien que se está metiendo entre pecho y espalda una ristra de doce libros, alternados con uno que otro de diferente índole, en fin, ¡Que viva Kindle!

Y que vivan los gadgets, si señor.

viernes, 4 de marzo de 2011

Cubanos en tiempo de capitalismo

Conversaba mi esposa con una prima que recientemente emigró a un país del tercer mundo. Súbitamente los ojos de mi esposa, ya de por sí grandes, se abrieron aun más, al tiempo que decía, “Oye, ¿y tú que te piensas de la vida, mija? Así es esto aqui...” . Y esto aquí es, obviamente, el capitalismo. Y es que la prima se lamentaba y asombraba de que aquí te quieren explotar, te sacan el quilo, mira tú, ¡hay que trabajar como un animal!

Yo no culpo a la muchacha de su asombro, de su incapacidad (temporal, espero yo) de entender el dinamismo y las reglas del sistema socioeconómico que ha logrado crear bienes y riqueza de la manera más eficiente en la historia de la Humanidad. O sea, esto, aquí, el capitalismo. Y no la culpo porque ella es sólo una consecuencia, una muestra de lo que creado el paternalismo, el estancamiento, la falta de información y la maldición que se llama Castrismo.

El historiador británico Niall Ferguson acaba de publicar un libro que, ya desde su arrogante y provocador título, es revelador,” Civilization: The West and the Rest”. Se puede estar de acuerdo con sus tesis o no, pero hay una idea relevante e interesante: la descripción de lo que él llama la salsa secreta del éxito de la civilización occidental, cuyos ingredientes serían:
  • Competitividad
  • Ciencia moderna
  • Estado de derecho y leyes
  • Derecho a la propiedad privada
  • Medicina moderna
  • Sociedad de consumo
  • Ética de trabajo


¿Estamos listos los cubamos para preparar nuestra propia salsa? Yo creo que no, nos faltan ingredientes. La mayoría, de hecho.

Y la prima, como muchos cubanos, ni siquiera entiende (todavía) el más elemental de ellos: hay que trabajar, pues ningún otro “ingrediente” tendría lugar sin el trabajo que genera riqueza, que fomenta la clase media, que sustenta el tejido de una sociedad exitosa.

martes, 1 de marzo de 2011

¡Que te borro del feisbu, coño!

Pues yo, con el dolor de mi alma, he borrado a dos que tres amigos de amigos que hacían parecer mi "muro" una pared de baño público. Ná, imperfecto y bomba que soy yo...