A propósito del artículo publicado en Granma por el señor Pedro de la Hoz, y dejando a un lado
cuestiones de estilo y densidad, pienso que ese texto es un
ejemplo vivo de las anclas que mantienen a Cuba varada en algún
lugar de los años sesenta.
Es esa la típica actitud que
tiene el que, por no ver a alguien en Mercedes Benz, prefiere a todos
en bicicleta. Es la filosofía igualitarista que propugna la
repartición de la miseria, pues no sabe crear riqueza.
Si, en lugar de Pedro de la Hoz, la nota hubiera sido escrita por otro tipo de Pedro, quizá se leería algo así:
“Por fin, después de
más de medio siglo de penurias, una manifestación del surgimiento
de una próspera clase media, si bien aun escasa y tímida, es la mejora de la
calidad de vida de muchas familias cubanas, cuyos ingresos les
permiten alimentar mejor a sus hijos y a sí mismos, y acceder a
mejores y más variados productos de primera necesidad.
Nuestro gobierno
revolucionario debe poner como su primera meta la generalización de
esa mejora de vida, y extenderla a toda la población, pues
la principal razón de ser de un gobierno es el bienestar de sus
ciudadanos. Nuestra consigna debe ser “Con el pan con jamón,
salvaremos la revolución”
Y todo quedaría "dentro de los límites de la revolución"
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