lunes, 8 de julio de 2013

Cuba, hoy...

En Cuba, hoy, hay comida por doquier.

Hay, inclusive, electrodomésticos, aparatos, útiles del hogar, cosas. Eso no implica que hay todo lo necesario, ni la abundancia descomunal de por acá. Por ejemplo, lanzo el reto de que puedan encontrar un destupidor de baño.

También hay restaurantes, cafeterías, negocios con diversa calidad, con precios de todo tipo, inclusive algunos que emulan (en precio) con los de Nueva York.

Y hay mucho más: hay carros para rentar, celulares y líneas disponibles, conección a internet, gimnasios, servicios de todo tipo.

Pero no hay industria. No hay producto nacional. El turismo son los mismos canadienses tristes, europeos despistados y mexicanos que por 100 dólares quieren rentar carro, hotel, beber, comer y singar por fin con una mujer bella. 

No hay salarios ni hay dinero. La utopía de la salud y la educación es cada vez más una leyenda de otros tiempos. El deporte está en una crisis abismal. El mal gusto es rampante. La putas siguen ahí.

Cuba está cada vez más gris, y se está pareciendo cada vez más a los países tercermundistas que hay por todos lados: unos pocos con dinero, la inmensa mayoría en la pobreza. La clase media aun no existe.

Cuba, hoy, va en picada.

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