lunes, 27 de junio de 2011

En el parque

Parque es una palabra que no se dice en vano frente a mi hijo. Dígase parque y él suelta lo que tenga en las manos, deja lo que esté haciendo y comienza a gritar “¡¡¡Parque, parque!!!” y mantiene la euforia todo en todo el camino y lo disfruta como... bueno, como yo distrutaba mis dos parques preferidos allende en mi ciudad.

Uno era un pequeño parque al lado del cine Mónaco, con varios aparatos mecánicos, de los que recuerdo con precisión la estrella y el tiovivo. En este último mi bellaquería preferida era subir y bajar mientras éste estaba funcionando, a veces estrellándome contra la cerca de malla que rodeaba el parque.

El segundo era el parque infantil del Zoo de 26, del cuál recuerdo era extenso y con inmensas canales metálicas y que me resultaba extraña la arena en el piso (e incómoda, pues se colaba en mis zapatos), pero que constituía un buen remedio contra caídas y magulladuras.

Estos parques a los que ahora llevamos a mi hijo tienen otro aire, más de modernidad, con sus canales de plástico multicolor y los creativas estructuras laberínticas que los niños tanto disfrutan escalar. Pero lo más interesante es el piso: está cubierto por una suave capa de plástico esponjoso que cede ante las pisadas y protege en las caídas.

Como con todos los niños, llevar a mi hijo al parque es un reto. Y si bien no hay mucho que se pueda hacer cuando él escala las que ahora se me antojan atemorizantes estructuras metálicas, al menos el piso es suave, lo que yo agradezco con toda mi alma...

3 comentarios:

  1. ese niño es de la estirpe de los pelenchos. Desde hace tres años, la única condición que pongo para mudarme es que haya un parque cerca.
    En la infancia, mis parques eran: el de 15 y 8, el actual parque Lennon, al que le decía "el parque del chivo perico" porque había un chivo que daba vueltas en un carretón; el Jalisko Park, que era algo así para mi como lo que debe ser para otro niño Disney World y uno muy feo, al que apodaba el "parque de palo", porque era muy tosco y que estaba por malecón y A, más o menos (quién sabe si existe).
    Y dejar las rodillas en el suelo, que eso es de los principales condimentos de la niñez

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  2. Fijate que yo sólo recuerdo como parque de diversiones en el Vedado a Jalisco Park, y eso porque Carlos Varela se ocupó de que nadie lo olvidara. Y es que mi area de acción era La Víbora-Santos Suarez.

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  3. El otro día me dijo un amigo que el Jalisco Park ya no existe. snif

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