martes, 17 de noviembre de 2015

Enter the bear

Putin ha ordenado a sus militares coordinarse con Francia para atacar al ISIS, además de ofrecer 50 millones por la captura de los que perpetraron el atentado al avión ruso en el Sinai.

Lo que no logró ni la diplomacia ni (la falta de) empuje del gobierno de los Estados Unidos, lo logró el ISIS con dos atentados criminales. O tres, pues hasta Hezbollah, también objeto de un sangriento atentado, y arrimando brasa a su sardina, ha condenado los ataques que tuvieron lugar en Paris.

El ISIS, por una parte, parece ser una organización lo bastante estructurada como para mantenerse activa, beligerante, y hasta con suficiencia financiera.

Por otra parte, se las arregla para atraer sobre sí la ira indiscriminada de por el momento dos potencias y, si Obama se sacude la modorra, de una tercera.

Puede ser que los atentados hayan sido concebidos por el ISIS, pero también puede ser que hayan sido pensados y ejecutados por free lancers dentro del complejo organismo del fundamentalismo islámico, sin la venia explícita de la dirección del ISIS.

Si es el primer caso, pues son más tontos de lo que se aprecia.

Si es el segundo, pues no tienen el control que les supone sobre la miríada de fanáticos que los rodean.

En cualquier caso, ya con la brutalidad rusa involucrada, hay esperanza de que este sea el comienzo del fin del ISIS.

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