Me gustaría poder diferenciar un lunes de un lunes y un jueves de un jueves.
Me gustaría que los meses no fueran sinusoidales; me gustaría bajarme de un tren y subir a otro y no preocuparme por ver hacia donde va.
Me gustaría no saber que va a suceder a partir de las siete de la mañana, que el té estará listo a las siete y media, que llegaré a trabajar a las siete y cuarenta y cinco.
Me gustaría saber que me voy de viaje, que el tiempo es mío y no yo de él. Me gustaría poder escoger a quién veo cada día.
Me gustaría que lloviera sin que el Weather Channel te avisara y que alguien toque a mi puerta, sonriente y mojada, y me pida cobijo, por favor, es que llueve a cántaros.
Me gustaría no tratar de adivinar lo que viene y mejor disfrutar el viaje.
Me gustaría sentarme en el murito de afuera de la casa de los viejos y saludar al que pase.
Me gustaría volver a respirar aquel aire de la madrugada.
Me gustaría poder recomenzar algunas historias.
Y nada más
A mi tambien..pero la maquina no se detiene, hasta ese dia en que te das cuenta que todo era mas importante...
ResponderEliminar¿Serán los días de enero?¿será una carga de nostalgia boba que trae el frío de estos meses? ¿Será la boca abierta de las despedidas gritando ahora: Nunca más?
ResponderEliminarAndo igual.
Ay! :(
ResponderEliminarNada, que estas cosas suceden cuando te sientas un momento en esas sillas que están a la orilla del camino, a descansar un instante mientras te frotas en entrecejo y estiras las piernas. Después, pues te incorporas y regresas al camino. Y nada más. Eso.
ResponderEliminar