El lugar es un hervidero de personas, miasmas y humores, lugar donde se desespera y suda a la par, mientras se escuchan historias y versiones sobre “lo que hay que hacer” para agilizar la gestión, casi todas coincidentes en que sobornar a los funcionarios es la vía más expedita para que todo fluya como las aguas albañales en la Playa del Chivo.
Y el lugar tiene un cancerbero o, siendo más preciso, una cancerbera.
Es una mujer que, atrincherada tras un escritorio, vocifera y observa despectivamente a los pobres seres humanos que allí están obligados a concurrir. Con 1.80 de estatura, de complexión robusta, con dicción y aspaviento inconfundiblemente solariegos, unas bermudas con las costuras a punto de reventar y una flor de marpacífico en la oreja, es la caricatura de la chusma alfa, la que mas grita, la violenta. Vamos, que si la sueltan en Brooklyn, sería como poner a un pez en el agua. Me moría por fotografiarla, pero no me atreví. Y la susodicha, pues bueno, si alguien quiere ver la incivilidad, la guapería barata, la chusmería y la bravuconada gratuita, debe ir a ver a aquel ejemplar.
Y en ella pensé cuando leí lo esta otra bravuconada, esta dicha por Raúl Castro:
Discutimos todo lo que quieran, de Cuba y de los Estados Unidos. Y de sus -déjame cuidar las palabras para no afectar la diplomacia- y de sus aliados de Europa occidental, fundamentalmente. Mientras tanto aquí estamos. Con más cosas o menos cosas, pero aquí estamos. Y siempre con la caballería lista por si acaso.”
Da pena ajena ver como a estas alturas el presidente de un país en estado de desastre sólo atina a desatinar guaperías, a gritar sandeces y a manotear como, bueno, como esa mujer que trabaja en la oficina de vivienda justo detrás de Cubana de Acero.
Pobre país, pobres cubanos.
Muy bueno, volveré x acá con más frecuencia. D hecho, m llevo el blog a la lista d los q sigo en el mío.
ResponderEliminarSaludos.