miércoles, 26 de febrero de 2014

Y se fue, de que otra manera, entre dos aguas...

Asocio a Paco de Lucía con dos profesores que se sentaban en el pasillo del edificio docente, y nos vigilaban durante las dos horas de autoestudio, allá en la beca, de 5:00 a 7:00, de lunes a viernes.

Y cada una de esas tardes, se sentaban a tratar de tocar “Entre dos aguas”. 

Uno llevaba la guitarra acompañante, el otro punteaba. Nosotros, adolescentes de la era pre-internet, pre-mp3, pre-CD, con apenas cassettes, y aun más escasas reproductoras, no sabíamos nada de Paco de Lucía. Sólo sabíamos de la divina y proscrita música del enemigo, que ordeñabamos de los radios Taínos y VEF.

Pero aún así, ante el sonido mediocre de aquellos dos, que años después me enteré que se denominaban wannabes, nos sentíamos deslumbrados, y desde entonces Paco de Lucia fue el tipo de entre dos aguas, taratatatatatatata, taratatatatatatata, taratatatatatatata, taratatatatatatatá...

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario