Era esa una instrucción
que recibíamos a diario en la escuela, cuando estábamos formados en
filas, organizados por grupos, ordenados a veces hasta por la
estatura.
Sepárense, aléjense, tomen distancia, era el mantra, y no
entendía yo para qué era necesario hacerlo, en un país donde la
proximidad corporal era (es) lo cotidiano y normal...
Pero ya no parece una mala
idea tomar distancia, se me ocurre en estos días. Y es que está uno
inmerso, impregnado, empapado de lo que se lee en las redes sociales
y, de repente, se siente una suerte de asfixia con el brete y la
viscosidad. Pero, que bueno, con sólo alejarse se recobra la
perspectiva correcta. Y el aliento.
Puestos a leer, las redes
sociales a veces parecen vecindario (y bien que lo son), o vecindad,
donde, y no hay que asombrarse, se ventilan las mismas miserias que
en el mundo real.
Como en conflicto solariego, hay
audiencia. Y como en todo conflicto, hay aliados y adversarios. Pero he aqui, por supuesto, que hay algunas diferencias, ademas de la obvia, entre la bofetada virtual y la física. Una de ellas, por ejemplo, es
que, en las múltiples rencillas e incruentos duelos, hay quien se
toma su tiempo (a veces) para redactar (a veces) una provocación, o
una respuesta a la misma, eso sí, con harta clase, finura e ingenio.
O, al menos, esa parece ser la intención.
Nada de “te vas al
coño´e tu madre”, que eso no se usa aquí: mejor unos floridos párrafos
que parecen inspirados en poemas de Buesa.
Sigue leyendo uno por otro
lado y se tropieza entonces con la autoadoración. Algunos se
autoadoran, se acarician, se azotan la mocita. Adoran, entonces,
escucharse o, para el caso, leerse a sí mismos (mirarse el ombligo,
creo que es la frase de moda). Pareciera como si se masturbaran una
y otra vez sin cambiar de fantasía. Aburrido, diría yo, lo de la
masturbación, y todo lo otro también, por supuesto.
Y hay otros que escriben
sin ton ni son, lo que se les ocurre, lo que va cayendo, desvaríos, tonterías, y
cosas sueltas. Como ésta, por ejemplo, a la que le he dedicado un
tiempo valioso (para mí) de esta preciosa mañana de mi precaria
vida, tiempo que, por supuesto, ya no recuperaré.
En fin, es lunes, el día
jodido por excelencia, buen día para tomar distancia. Y mañana,
pues mañana es martes, y será entonces día de regresar a la
sociedad, a la de las redes, claro, porque de ésta, de la de aquí
afuera, no hay quien tome distancia...
Amen.
ResponderEliminarYo tengo un hastio tremendo del asunto. Nada como tomar algo de aire fresco, enfocarse en la familia, el hogar y la pincha. Es decir las cosas que importan despues de todo. Me recordastes esto del matutino, que pesao me caia eso de las filitas porque yo siempre era el segundo (por suerte habia un chama todavia mas bajito que yo)
ResponderEliminarOye Erick, no me digas que tú eras monitor...
ResponderEliminarNah, no fui monitor, pero creo que tuve en cargito ahi de no se que cosa
ResponderEliminarOye, es que el recuerdo que yo tengo es que los monitores eran los que te decian que tomaras distancia, correteando arriba y abajo por la fila...
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