El director del FBI, James Comey,
diciendo digo, diciendo Diego, no ha dejado dudas sobre su papel en
el proceso electoral: enturbiar el agua, para ganancia de
Trumpescador.
El pasado verano el (director del) FBI
exoneró a Hillary Clinton de un posible delito en el asunto de los
emails y el servidor privado de los Clintons. No se demostró mala
fe, dijo Comey en esa ocasión; si acaso, algo de negligencia que, al
cabo, no puso en riesgo la seguridad nacional ni desató una tercera
guerra mundial.
Entonces llega el otoño y Comey dice
Diego.
Y de qué manera.
Nada menos que en la computadora de
Anthony Weiner, el pervertido del momento, sospechoso de pederastia
virtual, narciso y feo, casi ex-esposo de Huma Abedin, la mano
derecha de Hillary Clinton, encuentran otros miles de e-mails que,
al decir-diego del (director del) FBI “pudieran adicionar
evidencia” a la supuesta culpabilidad de Hillary Clinton en algo,
en cualquier cosa.
Cualquier delito vendría bien a esas
alturas, unos días antes de las elecciones presidenciales.
¿Fue el republicano Comey, empleado de
esta administración demócrata, honesto y consecuente, o fue
simplemente un oportunista animal político?
Yo me inclino por lo segundo.
El FBI no se caracteriza por hablar
barato ni pisar ligero. Se sabe que es una agencia de investigación
concienzuda, poderosa, creíble. Además, los Estados Unidos de
América es un país de leyes, donde los procesos judiciales se
extienden por años, con avances, retrocesos, apelaciones,
triquiñuelas, mociones, desvíos y demoras de todo tipo. Vamos:
hasta terroristas y asesinos en serie, cuya culpabilidad está más
allá de cualquier duda razonable, tienen su día, sus meses, sus
años en la corte, y nunca se revelan a destiempo los detalles del proceso, que
solo conocen a fondo la fiscalía y la defensa.
Y entonces Comey dice que hay posible
evidencia. Posible. Así. De la noche a la mañana. A la ligera.
Es como si alguien dijera que hay
posible evidencia de vida extraterrestre, del perpetuum mobile, de la
existencia o no existencia de Dios. Las pruebas, pues ya vendrán.
Lo que ha hecho Comey no es lo que se
espera del policía mayor de los Estados Unidos. Que se desdijera dos
días antes de las elecciones, lejos de disculparlo, resalta aun más
el ¿error? político y profesional en que incurrió.
"Usted no puede revisar 650,000 emails en ocho días”, dijo Trump al enterarse de la nueva declaración de Comey, re-exonerando a Clinton.
Pero lo que definitvamente Usted no puede decir es que hay "posible evidencia" sin siquiera haberlos leido.
"Usted no puede revisar 650,000 emails en ocho días”, dijo Trump al enterarse de la nueva declaración de Comey, re-exonerando a Clinton.
Pero lo que definitvamente Usted no puede decir es que hay "posible evidencia" sin siquiera haberlos leido.
Lo que hizo Comey fue sembrar duda.
Lo que hizo el director del FBI James
Comey, diciendo digo y Diego, fue interferir en el proceso electoral
en contra de Hillary Clinton y a favor de Donald Trump.
Así de simple.
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