viernes, 20 de abril de 2012

Hereje


Leía un post donde el autor hace una furibunda declaración de principios, atheus sum, escribe allí, y parece que ondea una bandera.

Ya lo había visto antes. Y aunque por mucho prefiera la brillantez de Bertrand Russell y Mario Bunge ( o incluso la severidad de Afanasiev) a la hora de abordar la cuestión del materialismo, cuando leo cosas como esa siempre recuerdo a un ex-amigo, físico y filósofo que, pasados unos tequilas, encontraba disfrute en desplegar su pendón de ateo y fustigar a cuanto creyente estuviera a su alrededor. Apilaba hechos sobre leyendas, lógica sobre dogma, materia sobre espíritu, y demostraba cada vez que no puede haber Dios. Y yo, que soy un incrédulo que le reza a algo cuando mi hijo está enfermo, me aburría al escucharlo porque hacía ya tiempo me lo había dicho alguien, jesuita y sacerdote en una remota aldea eslovaca: que es una cuestión de fé, no de raciocinio.

Y es que este oficio de ser racionalista no es tarea fácil. Primero, porque no hay raciocinio en buena parte de la conducta de los humanos, por lo que apartarse de un dogma para buscar una alternativa realista puede ser frustrante.

Después, pues hay que cargar con las dudas, los números, las estadísticas. Toda vez que hay más creyentes que no creyentes, entonces, ¿dónde quedo yo, en una minoría privilegiada o en un grupo de equivocado hasta la médula?

Y si estuviera equivocado, ¿donde pongo a un Dios?

Y si lo aceptara, ¿qué pasa con Él que permite todo esta locura que nos rodea?

Dejé hace mucho de autodenominarme ateo; prefiero ser sólo alguien definivamente sin religión, pues la religión es cosa de los hombres, no de dioses. Tengo mi propia filosofía existencialista y aferrada al árido mundo material, pues si se ha de andar por la vida sin Dios ni religión se debe tener al menos filosofía, aun cuando sea escuálida. Sin ello, sería un viaje solitario, una concha vacía, concreto gris, desnudo, iluminado por luz fluorescente.

En fin, creo que las bravatas de los ateos militantes, su enojo porque hay personas que creen en dioses y religiones, esconden el miedo a estar errados: hay en sus diatribas la misma intolerancia de los Inquisidores. Es por eso que pienso que ser ateo es también una religión, es creer en que no se cree.

En cualquier caso, le doy la bienvenida a la diversidad de pensamiento, que es lo que en definitiva hace al mundo un lugar más interesante.

3 comentarios:

  1. Los creyentes, los que no se quedan en el cine a leer los créditos, los nordestinos sodomizados: el Director-Dictador ya no sabe con quien fajarse.

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  2. Y asi los ves, un buen dia cuando todo el raciocinio, y los numeros, y las estadisticas, la logica el materialismo dialectico y filosofico fallan..hincados rodilla en tierra pidiendo por un milagro.
    Las declaraciones de principio son solo eso..lo que se negocia son los finales...

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  3. Apretaste ahi Julio, efectivamente, lo que se negocian son los finales...

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