El arte de hacer que me de la cuenta me ha llevado a un part-time de fines de semana: un servicio de entrega de comida a domicilio. Lo mejor de este tipo de trabajo es que la remuneración es en efectivo y libre de impuestos. Lo más interesante de este tipo de trabajo son las personas.

Inevitablemente siento curiosidad por saber porque la muchaha se ve aburrida o cómo se las arregla el señor hemipléjico, que apenas puede manejar su mano izquierda. Pero siento que, si me entero de las historias, el encanto se perdería, no quedaría nada a la imaginación.
De una forma u otra, me siento como el repartidor cojuelo, metiendo la nariz en casas ajenas y con ello ganándome unos pesos, claro que sí.
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