Ya parecía que no le
quedaba nada disponible a Hollywood para su labor de vulgarización.
La rutina de crear la saga de una película, colocando la segunda parte en el viejo Oeste y la tercera en una destartalada nave espacial en un futuro distante, ha ido perdiendo el atractivo. Las secuelas entonces se han ido convirtiendo en “pre-cuelas”, pero hasta eso ha dejado de funcionar. Combinaron entonces cowboys y extraterrestres, Lincoln con vampiros, Capitan Nemo con turbante, han hecho versiones de versiones, pero la magia no aparece.
La rutina de crear la saga de una película, colocando la segunda parte en el viejo Oeste y la tercera en una destartalada nave espacial en un futuro distante, ha ido perdiendo el atractivo. Las secuelas entonces se han ido convirtiendo en “pre-cuelas”, pero hasta eso ha dejado de funcionar. Combinaron entonces cowboys y extraterrestres, Lincoln con vampiros, Capitan Nemo con turbante, han hecho versiones de versiones, pero la magia no aparece.
Y entonces la emprendieron
con los clásicos.
Por ahí andan entonces
algunas películas realmente ridículas, como esa sobre un Sherlock
Holmes estilo Batman, otra sobre Blanca Nieves en esteroides,
Caperucita Roja tipo Van Dam, mosqueteros futuristas y ya vienen versiones sobre Hansel y
Gretel con una bruja hiperequipada y otra sobre Jack y los Frijoles
Mágicos, que va a ser un asesino de gigantes, para variar. Salgari, Verne, Conan Doyle y Dumas, de luto.
Y ayer me senté (o mas
bien, me acosté) a ver “Wrath of the Titans”, película nada
menos que basada en la mitología griega, esa mitología tan rica,
tan intrincada, tan querida. Y la película es tan... mierdera que
sólo quisiera des-verla, si fuera posible.
Pero lo que realmente me
decidió a escribir este lamento por la magia perdida, porque de
seguro va a ser muy raro que un niño vuelva a ver esas deliciosas
historias con el mismo asombro e inocencia con que yo las leí, lo
que me decidió a escribir esto, repito, fue que le pregunté a una
compañera de trabajo si había visto “Wrath of the Titans” y me
respondió, “Ah, si, es una sobre el tiempo de los romanos o algo
así, ¿verdad?”
Horror.
Son destripadores de sueños,trepanadores del buen gusto, inquisidores de la imaginación. Y son, además, los dueños de los caballitos, lo que hace que la situación se vuelva eterna e irremediablemente jodida. Pero hay una salida.
ResponderEliminarOccupy Hollywood!!!
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