lunes, 11 de julio de 2011

¡Oye, si estás ahí, gracias por la casualidad de haber nacido cubano!

Bueno, bueno, tiene una buena dosis de arrogante nacionalismo, de ese tonto que a vaces nos gastamos, pero...

Le comentaba a una compañera de trabajo, dominicana, que habían asesinado a Facundo Cabral:

- ¿A quién...? 

- Facundo Cabral, argentino, trovador...-

- No lo conozco, ¿qué canta?

- Uhmm... trova.

- ¿?

- A ver... ¿Conoces a Pablo Milanes?

- ¿?

- ¿Silvio Rodríguez?

- ¿¿??

- ¿Joaquin Sabina?

- ¿¿¿???

- Uhmm... ´perate...

Y cargo Pandora en la PC y busco “Quién me ha robado el mes de Abril?”, y orgulloso, como si yo hubiera escrito la canción, llamo a mi compañera y le digo:

- Escucha...

- Ay, pero eso se oye vieeejo...

Y entonces busco a Silvio y sale volando “Gaviota” y ante la cara de perpejlidad sigue Serrat y “Mediterraneo” y...

- Pero esa gente son como qué, ¿baladas? ¿Eso lo ponen en el radio? Se oyen viejo, oye, lo siento, yo voy con lo más movidito, merengue, bachata...

Y me quedo solo frente a la PC, entre tristeza y risa y una rara sensación de pena, de soledad y regresa Silvio y “Ayer tuve un sueño, y ayer era verano...”

3 comentarios:

  1. havanero: tengo un amigo chileno que siempre hace rabiar a los amigos que no le conocen el chiste, cuando ponen a Silvio Rodríguez. Ahí, pregunta: "¿él es puertorriqueño, verdad?". Y son maravillosas las reacciones de perplejidad de los otros.
    Capaz que la dominicana te hizo lo mismo. Pero aunque no fuera, hay tantas cosas buenas que se pueden hacer con una bachata: enamorarse, bailar pegadito, qué sé yo...

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  2. Dulce, sutil y merecido regaño. Y claro que me lo merezco, por compulsivo, pues en lugar de contar la historia con pelos y señales me las doy de escritor sucinto.

    Me temo que la muchacha hablaba en serio, pero la historia es sobre mí, sobre mi satisfacción de haber crecido con toda esa música, no sobre ella. Y por eso es que veo con casi desespero que alguien no disfrute de esa música, por desconocerla, da igual que la persona que no conozca la trova sea portoriqueña, de Centroamerica o, como en este caso, dominicana.

    Pero en este caso particular la muchacha no puede conocer esa música: ella llegó a USA siendo casi una niña y ha pasado más tiempo aquí que el que pasó en su país, de hecho habla mejor inglés que español. Y aquí pues está en esa dicotomía de los inmigrantes que son “asimilados” por el país que los acoge pero que no renuncian a su cultura, efectivamente, de merengues y bachatas, eso es lo que disfruta.

    Ella se reía ante mi cara de perplejidad y yo, casi sonrojado, sentía que todo era medio embarazoso, pero sólo hasta que me dijo en ese tono desenfadado que lo de ella era el merengue y la bachata. Y entonces fue que me llegó de nuevo la soledad, la frustación de no poder compartir con las personas que me rodean una poesía de Silvio o Carlos Varela.

    Esa es la historia que debía haber contado.

    Y en algun momento tomaré el tema de el mensaje “cultural” de la radio y TV hispana en los USA, que, la verdad, mete miedo.

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  3. havanero: jamás te regañaría. Andamos tan en las mismas tú y yo. Entendí perfectamente, quizá porque te había leído antes en otras tantas cosas y sé que no eres chauvinista.
    Lo que me gusta precisamente de tu blog y el de la Guardarraya es eso, que más que al pasado o al futuro, miran hacia los lados, hacia lo que está pasando a su alrededor.

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