miércoles, 8 de julio de 2015

La guerra que nunca ha sido

Norberto Fuentes escribe esta pieza, titulada “¿La guerra ha terminado?”, para La Repubblica, publicación otrora radical socialista, ahora de centro izquierda. Escribe entonces el periodista este texto “tailor-made” para la componente izquierdosista de La Repubblica, y se nota.

Es una loa, de nuevo, a su ídolo -y probablemente de sus lectores italianos, tan lejanos del Caribe cotidiano y tan cerca de jineteras y pingueros progresistas- y de paso un gritito nacionalista de paisito tercermundista que, según el autor, ganó la “guerra”, o sea, el diferendo Cuba-Estados Unidos.

Diferendo cuyo mantenimiento y continuidad, dice, “se le debe a la descomunal capacidad de resistencia que Fidel Castro le imprimió a ese proceso”

Yo tengo un par de parientes que están cementados en su ideología de la misma manera que Fuentes lo está a su admiración por Fidel. Mis parientes dicen que Fidel es un genio al que le salieron mal las cosas. Fuentes dice además que Fidel tiene un paquete testicular (sic) voluminoso, y al parecer está fascinado entonces por todas las circunstancias descomunales que encuentra en el ancianillo tiranuelo.

Yo entiendo que al escribir por encargo haya que ceñirse a lo que demanda la publicación y la audiencia. Pero, si yo fuera Fuentes, dejara que el periódico de marras publicara su artículo, en italiano, donde permanecería a salvo de escrutinio; cobraría mi dinero, y a otra cosa, mariposa. Al cabo, todo el mundo tiene que comer.

Pero él lo cuelga en su blog -que yo leo con placer, porque Fuentes escribe muy bien, y a veces dice cosas interesantes- dejando así otra huella de su nostalgia de escriba de la nomenclatura.

En fin, regresando al texto en cuestión: ni Fidel ni Raúl ni Cuba ganaron ninguna guerra porque no había tal cosa. Sólo ha sido un conflicto de baja intensidad -que aun continua, por cierto- que se ha arrastrado por más de medio siglo; mientras, los Estados Unidos han seguido creciendo y evolucionando como nación, y Cuba se ha ido desmoronando y desgañitándose en inútiles tribunas. Si fuera en realidad fin de guerra, pues el vencedor parece más que obvio.

Para concluir mi comentario, pues pienso que si a alguien deben darle gracias los que vean beneficio en esa distención del diferendo, es, Ah, my dear friend, al Presidente Obama, artífice de todo lo que estamos viendo, y no a los ancianos y a su caterva, que todo lo que atinan es a presumir de su sin prisa y a refocilarse en su eterna pausa.

Alec Heny ©

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