Las nuevas disposiciones
que le permiten a (casi) todos los cubanos viajar (casi) libremente
parecen marcar el inicio de una nueva era. Claro, que si llegaron
estas disposiciones para quedarse o si mañana se despierta el
dinosaurio con dolor de ano y las deroga, bueno, eso es cosa
impredecible.
Pero lo cierto es que hay
un nuevo escenario: los cubanos, que ya pueden viajar, pero casi
nadie está dispuesto a recibirlos. Es decir, ha ingresado Cuba al
escenario en que se desarrollan todos los países del Tercer Mundo
que son generadores de emigrantes.
Y también parece que es
sólo cuestión de (poco) tiempo para que la Ley de Ajuste Cubano sea
modificada sustancialmente o incluso derogada. Dos noticias,
aparentemente aisladas, una ayer y una hoy, señalan en esa
dirección.
Ayer, Marco Rubio hablaba
de modificar los requerimientos para aceptar a inmigrantes. Hoy, Ros
Lehtinen y Diaz Balart, a duo, para que se oiga mas fuerte,
cuestionan el espíritu de la Ley de Ajuste Cubano. Curioso que
descendientes de cubanos se ocupen de tratar de detener el flujo
migratorio de los cubanos hacia USA. Tal pareciera que lo que está
vigente es el espíritu “rayadillo”, el de los infames
voluntarios.
Hace unos meses me sentí
optimista cuando se anunciaron estas reformas, pues todo lo que
alivia la vida de los cubanos me alegra.
Pero ahora también pienso
que se ha hecho más evidente nuestra condición de ciudadanos de un
país de mierda, condenados a emigrar o a malvivir, rechazados en el
extranjero, despreciados en casa.
Pobre de nos, en camino
hacia la Edad Media y a lo más profundo del tercermundismo.
No hay peor astilla que la del mismo palo. Ya ellos llegaron, los que vengan atrás que arreen.
ResponderEliminarAsi es, dog eat dog le dicen a eso...
ResponderEliminarQue tristeza no ser más que marionetas que se mueven al antojo de unos pocos y que pena ser tan desgraciados...
ResponderEliminarEl poder será siempre eso...poder, este nunca se inclina ante los desfavorecidos, da igual si llevan tu sangre.