lunes, 7 de enero de 2013

Arrancando...


Año que ha terminado bien. O bastante bien, sin afán de queja.

Como casi siempre, miedos, fantasmas conjurados, zozobras y alegrías.

Año final para mi madre, cuya risa atesoro.

Mi hija mayor recorre los ultimos meses en la universidad, mientras que mi hija menor apenas comienza esa cuesta arriba. Mi hijo se estrena como escolar en el pre-kindergarten y no puede estar más contento.

Tengo la suerte de conservar a los amigos de siempre y, ademas, disfruto de nuevas amistades. Otras han llegado desde décadas de distancia, lozanas, vivificantes. Y algunos, pues se han ido lejos y de los que sólo nos quedan las voces y la esperanza de volverlos a ver.

Cuba, tan desgraciada como siempre. México, tan querido, sufrido y añorado.

Mi esposa, cuya belleza parece inmune al tiempo.

Mis propósitos de vivir para siempre, pues entorpecidos por la molicie, el pan y las grasas. Debo revisar mis propósitos para este año que todavía huele a nuevo.

Y por supuesto, siempre está esta certeza de que todo lo nuevo es mejor.

Feliz año nuevo, entonces, a todos y que lo nuevo les sea leve y bueno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario