jueves, 13 de agosto de 2015

La puerta trasera

Kerry va a La Habana a celebrar con las nuevas amistades.

Vamos, que hay que hacerse un montón de preguntas cuando uno decide iniciar -o lo que es peor, reanudar- una amistad, sobre todo si ese nuevo amigo es un ex enemigo. O un adversario. O una tiranía.

Hay que hacer, además, un montón de concesiones; a sí mismo, en primer lugar. Entre ellas hay que convencerse que uno no es lo que es por con quién anda, sino por lo que piensa.

Porque piensa, por ejemplo, que la bronquita con el desgobierno de Cuba perdió vigencia -que no importancia, porque nunca la tuvo-; que, al decir del cantante, ya lo pasado, pasado; que lo de hoy es la distensión, limar asperezas, borrón y cuenta nueva, si te he visto no me acuerdo. Que mi mojito en La Habana y mi whiskey a las rocas en Washington.

Porque se ha arribado al fin a la conclusión de que el bloqueo no funcionó; que el experimento de más de medio siglo de duración -hay uno más largo, que observa la viscosidad y la formación de una gota de alquitrán, que cae cada sesenta y nueve años- arrojó como resultado que es más negocio, nunca mejor dicho, amigarse que seguir en el forcejeo.

Porque el negocio de los Estados Unidos es el negocio, y entonces Kerry va a La Habana a celebrar la nueva era que está naciendo sin corazón, ya que la anterior está al caer, como gota de pestilente alquitrán, porque ya Fidel está lo suficientemente muerto para que eso suceda; porque los herederos quieren dinero, mucho dinero, para su subsistencia; porque los lobistas en Washington presionan; porque Demócratas y Republicanos se han puesto de acuerdo por fin en algo: en que el desgobierno es perdonable; que ya no hay nada más que hacer.

O sí:  que hay, entonces, que celebrar, y que la disidencia cubana no vale la pena y por tanto no está invitada a la fiesta.

Y que entonces, como los empleados, deben usar la puerta trasera.




1 comentario:

  1. No se puede tapar el sol con un dedo. Es verdad; salir por la puerta de atras es renunciar a la dignidad, a reclamar los derechos fundamentales. a los cubanos nos han tapado la boca, hasta yo fui parte del negocio cuando el hermano del Castro suficientemente muerto me confiscó el libro testimonio Náufragosde la Isla de la Libertad, mientras lo intentaba inserter en cuba. Amazon.com, puede buscarlo, Es cierto, ni la disidencia, ni además los despatriados estamos invitados a la fiesta

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