sábado, 23 de agosto de 2014

Epifanías a la luz del apagón.

En el jardín de la noche hay una oscuridad del carajo

Veo un perro ladrando a la luna, y le caigo a pedradas, porque no me deja dormir

Va cabalgando, la jinetera a su gallego.

Ya entiendo por qué alguien se comió la africana.

Viva el harapo, señor, gracias al cuentapropismo importador.

El batiscafo lo sacaron del abismo. Llegaron a Miami sanos y salvos.

En el borde del camino había una silla. Ya se la llevó alguien.

Madre Patria y Madre Revolución, y la madre del que me cortó la luz.

Yo me muero como viví, en la ignorancia de mi realidad.

Si alguien roba comida, bueno, la verdad, la gente está muy jodida.

Un taller donde reparar alas de colibríes, sí señor. Pero ya no dejan importar goma de pegar...

Si me dijeran, pide un deseo, pues que me conecten la luz otra vez.

Eso no está muerto, no me lo mataron. Alguien que mate ese puerco, por favor.

¿Qué cosa fuera la maza sin cantera? Martillo

Cuando Pedro salió a su ventana, no sabía que le cortarían la luz ese día.

Mi abuelo habló con Martí. Dice él...

Ojalá se te acabe la cuenta de internet.

La luz, que en tus ojos arde... No es mía, pero algo es algo en esta oscuridad.

La mato y aparece una mayor. Jodidas cucarachas...

Oh melancolía, como extraño el aire acondicionado.

En la distancia de 100 años resucita. Que se apreparen entonces los de la compañía eléctrica.

Resumen de noticias: me cortaron la luz, pinga.

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