Heme aquí que soy sólo
un cliente, una partícula de polvo, una gota en el oceano, una
guasasa en el emjambre y, por tanto, no creo que me extrañen en
Cablevision.
De hecho, ni siquiera me
responden en el servicio a clientes (me tuvieron escuchando musiquita
30 minutos el viernes y una hora el sábado...), por lo que sospecho
que mis anteriores llamadas deben estar compiladas en la base de
datos de “clientes que dan problemas” y me están aplicando
tácticas que se supone deben desalentarme en mi trámite de
solicitud de cancelación, y que han incluido entre otros a un
ridículo representante con una suerte de acento sudamericano que
sonaba a regaño.
Pero hace falta mucho más
que eso para detener a un criollo que sobrevivió Cuba y el período
Especial.
En fin, bendita la
competencia, que me permitió contratar otra compañía (FIOS) en lo
que canta un gallo, ahorrarme de paso un 30% en la cuenta y nada, que
una vez tenga instalado este otro servicio, no mas 1 800: voy a una
oficina de Cablevision y solicito una cancelación de sus servicios,
esta vez a la antigüita, mirando a la cara a una persona real.
Y el año que viene, pues
ya se verá, quizas será entonces una pelea cubana contra FIOS.
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