Estaba leyendo este post y este otro en el blog de Alexis Romay, textos que escribió otra persona, que parece ser un cubano también.
Me detuve un momento a pensar que impresión me producían estos textos y lo que encontré fue tristeza. Pero no sólo por lo que dicen los textos, sino por lo que representan, por esa muestra de, que sé yo, ¿rencor, despiste, desprecio, desarraigo?
Y es que muchos cubanos exiliados, inmersos en el desespero y/o la resignación y/o la frustración de ser cubanos en estos tiempos, confunden el culo con las témporas. Confunden, además, Gobierno con Cuba. Funcionarios con ciudadanos. Castrismo con Patria. Castros con campesinos. O se confunden a sí mismos con el resto de los cubanos.
Y, cuando uno destila todo eso, lo que queda es amargo, muy amargo.
Qué tristeza de escribidor. Y qué orgullo de esos guajiros y sus matojos y sus mulos y su pedacito de tierra que no cambian por nada, a despecho de dictadores y dictados sin alma.
ResponderEliminarAsi es, se leen cada cosas...
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