Es sabido que la derrota es huérfana pero que la victoria tiene muchos padres. De tal manera, Einstein fue judío, austríaco, alemán o estadounidense, dependiendo de quién cuente la historia.
Y he aquí que ayer leo la noticia de que un joven alemán resolvió un problema matemático, dejado para la posteridad nada menos que por Sir Isacc Newton. Y ya ayer me había llamado la atención que un alemán se llamara Shouryya Ray, pero bueno, hay quien se llama Yunisleiki y no toca balalaika, así que lo dejé pasar.
Pero, ya hoy, el joven que resolvió el problema matemático resulta ser un indio de la India que vive en Dresde o simplemente, es un indio.
Hace un tiempo, cuando anunciaron que habían atrapado a un hispano simpatizante de Al Qaeda, o tan sólo días atrás, cuando daban la noticia de que un hombre de nombre y apellidos hispanos había confesado ser el autor del asesinato de un niño, ocurrido en los años 70 acá en NY, pues en ambos casos sólo pensaba yo: Que no sea cubano, que no sea cubano. Y así fue que el primero fue un dominicano y el segundo un portorriqueño.
Nada que, a veces, a falta de victorias, sólo queda rezar porque no haya derrotas...
Yo te comprendo perfectamente. Hace unos meses dos imbéciles atacaron a cuchilladas a un conductor de tranvía en Oslo, y yo casi salto de mi pellejo cuando oí que uno era chileno y el otro cubano. Lo primero que pensé fue "Coño, con tanto extranjero en este país para hacer cabronadas y viene precisamente un cubano a dar la talla!"
ResponderEliminarNada, que no gana uno para sustos con los paisanos. :(