lunes, 7 de noviembre de 2016

James Comey dice Diego.

El director del FBI, James Comey, diciendo digo, diciendo Diego, no ha dejado dudas sobre su papel en el proceso electoral: enturbiar el agua, para ganancia de Trumpescador.

El pasado verano el (director del) FBI exoneró a Hillary Clinton de un posible delito en el asunto de los emails y el servidor privado de los Clintons. No se demostró mala fe, dijo Comey en esa ocasión; si acaso, algo de negligencia que, al cabo, no puso en riesgo la seguridad nacional ni desató una tercera guerra mundial.

Entonces llega el otoño y Comey dice Diego.

Y de qué manera.

Nada menos que en la computadora de Anthony Weiner, el pervertido del momento, sospechoso de pederastia virtual, narciso y feo, casi ex-esposo de Huma Abedin, la mano derecha de Hillary Clinton, encuentran otros miles de e-mails que, al decir-diego del (director del) FBI “pudieran adicionar evidencia” a la supuesta culpabilidad de Hillary Clinton en algo, en cualquier cosa.

Cualquier delito vendría bien a esas alturas, unos días antes de las elecciones presidenciales.

¿Fue el republicano Comey, empleado de esta administración demócrata, honesto y consecuente, o fue simplemente un oportunista animal político?

Yo me inclino por lo segundo.

El FBI no se caracteriza por hablar barato ni pisar ligero. Se sabe que es una agencia de investigación concienzuda, poderosa, creíble. Además, los Estados Unidos de América es un país de leyes, donde los procesos judiciales se extienden por años, con avances, retrocesos, apelaciones, triquiñuelas, mociones, desvíos y demoras de todo tipo. Vamos: hasta terroristas y asesinos en serie, cuya culpabilidad está más allá de cualquier duda razonable, tienen su día, sus meses, sus años en la corte, y nunca se revelan a destiempo los detalles del proceso, que solo conocen a fondo la fiscalía y la defensa.

Y entonces Comey dice que hay posible evidencia. Posible. Así. De la noche a la mañana. A la ligera.

Es como si alguien dijera que hay posible evidencia de vida extraterrestre, del perpetuum mobile, de la existencia o no existencia de Dios. Las pruebas, pues ya vendrán.

Lo que ha hecho Comey no es lo que se espera del policía mayor de los Estados Unidos. Que se desdijera dos días antes de las elecciones, lejos de disculparlo, resalta aun más el ¿error? político y profesional en que incurrió.

"Usted no puede revisar  650,000 emails en ocho días”, dijo Trump al enterarse de la nueva declaración de Comey, re-exonerando a Clinton.

Pero lo que definitvamente Usted no puede decir es que hay "posible evidencia" sin siquiera haberlos leido.

Lo que hizo Comey fue sembrar duda.

Lo que hizo el director del FBI James Comey, diciendo digo y Diego, fue interferir en el proceso electoral en contra de Hillary Clinton y a favor de Donald Trump.

Así de simple.

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